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15 razones por las que un gato puede deprimirse

La depresión es más común de lo que pensamos entre nuestras mascotas. En los gatos puede deberse a diversas causas, de las cuales te traemos algunas.

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La creciente presión del mundo moderno hace que cada vez sean más frecuentes las depresiones, y no sólo entre los humanos, sino también entre nuestros animales domésticos. El estrés de la gran ciudad, los cambios en los ritmos de vida, las prisas… Todo eso también influye a los animales y, sí, ellos también pueden sufrir depresión.

Los gatos en concreto son animales muy sensibles e intuitivos, que percibirán enseguida los niveles de estrés en los miembros de su familia, lo cual también puede influir en su salud. Seguro que has notado que tu ánimo influye a veces en el de tu gato, y que si estás triste, él se pone triste contigo.

Es cierto que a veces puede ser difícil detectar los síntomas de una depresión, ya que por su naturaleza el gato duerme muchas horas al día (una media de 16 horas diarias) y podemos confundir la depresión con un sueño algo más profundo de lo habitual. No obstante, al aumento de las horas de sueño se añaden la apatía, la disminución del apetito y cambios en el carácter.

La depresión, que suele aparecer siempre unida a un caso de estrés, puede deberse a varias causas, pero casi todas tienen el mismo origen: un cambio en las rutinas del animal. Las mascotas, como nosotros, son animales de costumbres y la mínima alteración en sus hábitos de vida lo sufren casi como una agresión, por lo que no te extrañe que no quiera saber nada de ti durante su etapa depresiva.

Ante todo, debes tener en cuenta que, como en las personas, se trata de un problema de salud mental, por lo que no debemos tomarlo a la ligera, sino prestarle la atención que se merece y actuar en consecuencia. Será el veterinario el que nos deba indicar los pasos y el tratamiento a seguir para recuperar a tu gato.

No debes alarmarte en exceso, pero sí tener en mente que tu felino necesitará de mucha paciencia y mucho cariño por tu parte para recobrar su alegría, sus ganas de jugar y su energía. Mientras, te contamos algunas de las posibles causas:

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