Los perros y gatos adultos tienen menos probabilidades de ser adoptados que los más jóvenes, a pesar de las ventajas que tiene elegir a un animal ya mayor.
Cuando nos planteamos adoptar una mascota, lo más común es que nos inclinemos por buscar un cachorro, por la idea que tenemos de que son más fáciles de educar y de que es mejor que se acostumbren a nosotros desde pequeños, así como por una cuestión de egoísmo: el querer pasar con ellos el mayor número de años posible. La opción de adoptar un cachorro es muy buena, ya que hay muchos de camadas indeseadas en casas de acogida deseando tener un hogar definitivo, pero también hay que tener en cuenta a esos animales que llevan años en los refugios esperando su oportunidad.
Adoptar un perro o un gato adulto tiene muchas ventajas, aunque en ocasiones sea complicado, sobre todo si el animal tiene un pasado de abandono y/o maltrato. En la mayoría de los casos, el animal termina adaptándose sin mayores problemas, pero será necesaria paciencia y cariño por nuestra parte. Tampoco debemos tener miedo de acudir a un etólogo que nos ayude a resolver los posibles miedos que pueda tener nuestra mascota. Ante todo, nunca pierdas la paciencia: ten en cuenta que no es culpa suya, sino de la persona que lo maltrató.
El perro o gato adulto será más tranquilo que un cachorro, no hará tantas trastadas y normalmente, al haber pasado por un refugio, estará acostumbrado a tratar tanto con personas como con otros animales. Su socialización ya se ha llevado a cabo y por lo general no tendrá ningún problema en adaptarse a su nuevo hogar y a su nueva familia. Además, es muy gratificante la relación con el animal adulto, ya que él sabe que le has dado una nueva oportunidad.
Las personas que han adoptado a una mascota de cierta edad (cuando hablamos de adulto nos referimos a partir de un año y medio de edad) coinciden en que el vínculo establecido con ella es muy especial, ya que ellas, aunque a veces pensemos que no, son muy conscientes de lo que les ha sucedido. Se convierten en grandes compañeros e inseparables de sus “salvadores”.
Te contamos algunas de las ventajas de traer a tu vida una mascota adulta.
Otra oportunidad
Para empezar, la mayor satisfacción es la de saber que estás dando una segunda oportunidad al animal (y ni más ni menos que la de tener hogar). Es una de las mayores ventajas de elegir una mascota adulta.
Carácter formado
Su comportamiento y su carácter ya están formados, y verás rápidamente cómo es el animal y qué esperar de él. No te llevarás sorpresas, como puede ocurrir con el cachorro.
Más tranquilos
Son más tranquilos que un cachorro o un perro o gato más joven.
Nada de romper cosas
En el caso de los perros, ha pasado ya una de las peores etapas en la vida de un can: la de la “destrucción”, en la que todos los objetos le parecen un juguete para morder y romper.
Ventajas de las protectoras
Los voluntarios conocen a los animales y pueden asesorarte sobre qué mascota (sobre todo en el caso de los perros) te puede ir mejor (según tus necesidades, hábitos, ritmo de vida, etc.).
Opinión sincera
Ten en cuenta que las protectoras nunca intentarán engañarte, pues los voluntarios se encariñan con los animales y quieren lo mejor para ellos.
Con la nueva familia
Normalmente, si no tienen problemas de comportamiento, se acostumbrarán rápidamente a su nuevo hogar. No olvides que están deseosos de tener una familia.
Vida en una casa
Muchas veces, el animal adulto que está en la protectora ha sido abandonado de cachorro o un poco mayor, por lo que (tristemente) ya tiene la experiencia de vivir en una casa.
Tamaño definitivo
Para los más quisquillosos con el tamaño, en el caso de la mascota adulta no habrá sorpresas. No crecerá, como puede pasar en los cachorros, más de lo que habíamos previsto.
Ya socializados
Habitualmente son muy sociables, ya que en los refugios interactúan a diario con otros animales y con todo tipo de personas, desde los voluntarios hasta los visitantes esporádicos.
Para los ancianos
Si buscamos un animal para una persona mayor, las mascotas adultas son perfectas, por su carácter más tranquilo y su menor necesidad de actividad.
Mayor variedad
Se adoptan menos animales adultos que cachorros, por lo que tenemos más opciones y hay más posibilidades de encontrar a nuestro nuevo mejor amigo.
Vínculo especial
Aunque la relación con el animal al que educamos desde cachorro es muy bonita, la que se establece con una mascota adulta, basada en la gratitud, la confianza y el respeto, es muy especial.
Un gran compañero
Al tener un carácter más calmado es más fácil llevarlo contigo a bares, tiendas, viajes, etc.
Agradecido para siempre
La gratitud de una mascota adulta a la que le has dado esa segunda oportunidad es incalculable, incluso en los gatos.
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