21 cosas sorprendentes que no sabes del gato himalayo
¿Sabes que aunque este gato lleve su nombre no procede del Himalaya? Te contamos más aspectos interesantes de esta raza de mininos.
El gato himalayo es un felino muy especial. Su gran belleza le viene directamente del querido y amoroso persa y del vivaz siamés. Su cuerpo es fuerte y compacto como el del primero. Su cara maciza, nariz más o menos chata y sus orejas separadas también las ha heredado del gato persa, al igual que su espectacular manto y frondosa cola. Los ojazos azules y el patrón color point son responsabilidad de los genes siameses que corren por sus venas.
Aspectos a tener en cuenta antes de adoptar un himalayo
¿Te encanta esta raza de gatos y te gustaría adoptar uno? Antes de tomar decisiones precipitadas que pueden tener un final no deseado por ninguna de las partes, debes fijarte en las características físicas de este minino y es que su exuberante pelo largo tiene una cara B: para que luzca en perfectas condiciones deberás cepillarle todos los días, lavarle una vez al mes aproximadamente (ya sabes, con champú específico de gatos) y prestar especial atención en que ingiera malta para evitar las bolas de pelo (pueden provocar obstrucciones intestinales). También deberás cuidar con especial mimo sus ojos, limpiándoselos con suero fisiológico o lo que te indique el veterinario si ves que lagrimea. ¿Estás dispuesto? Está claro que una vez que tengas entre tus brazos a este gatito, te va a compensar todos los cuidados específicos que le brindes pero son aspectos que debemos siempre sopesar bien.
Otro aspecto a tener en cuenta es el carácter típico del animal. Aunque la realidad es que cada mascota es un mundo y en este aspecto te puede ayudar su cuidador de la protectora de animales porque lo conocerá a la perfección, tampoco está de más saber cómo respira la raza en general. Tienes que ser sincero y comprobar, por ejemplo, si en tu casa el gatito va a tener la paz y tranquilidad que suele ser seña de identidad del himalayo. ¡No le gustan nada los ruidos! El himalayo es tan tranquilo, dócil y cariñoso como el persa pero también tiene ese punto curioso del siamés. ¿Sabes que puede aprender muy rápidamente? Es muy observador ¡y las pilla al vuelo!

El himalayo es una raza de mininos resultante de la mezcla del gato persa y el siamés. Del persa ha heredado el físico: cabeza maciza, nariz achatada, orejas separadas y redondeadas y un pelo largo y suave como la seda. Del siamés, su apariencia, ese patrón característico de rostro y orejas, patas y cola oscuras y resto del cuerpo claro así como su mirada azul.

Lo más normal es pensar que por su nombre, este espectacular gato provenga del Himalaya sin embargo, no es así. ¿Sabes por qué se denomina así? ¡Por su parecido con el conejo himalayo!

El origen de este minino hay que buscarlo en los años 30, unas teorías lo sitúan en Suecia y otras en Estados Unidos, más concretamente en la Universidad de Harvard, donde se cruzaron un gato persa con una gata siamesa. Tras varios cruces nacieron gatitos con el pelo largo y el manto típico del siamés. En ese momento se parecían más al gato balinés que al himalayo que conocemos hoy.

En sus inicios, el gato himalayo no fue reconocido por ninguna asociación felina de renombre. En 1955, en Inglaterra, estos gatos fueron reconocidos oficialmente como raza con el nombre de longhaired colorpoint. Dos años más tarde la raza se reconoce en Estados Unidos.

Fruto de sus genes persas, el himalayo es un gato tranquilo que dedica algunos momentos a ejercitarse pero prefiere estar tirado en el sillón.

El gato himalayo es muy afectuoso con los humanos que le gustan y con los que siente afinidad. Si tienes un ejemplar de esta raza estarás más que acostumbrado a que te siga por toda la casa. No suele dejarse abrazar ni coger por extraños.

Este minino es muy observador (¿qué gato no lo es?) y le resulta fácil aprender cosas nuevas. ¡Es muy inteligente!

Tan tranquilo es este felino que los ambientes ruidosos le perturban. Si tu casa es un templo zen entonces sí es el gato adecuado para ti.

Del gato persa le viene al himalayo su cuerpo fuerte y musculoso, con huesos grandes. Es de tamaño mediano a grande.

Su espectacular manto requiere más cuidados que el de los gatos de pelo menos exuberante. Esto se traduce en un cepillado diario y un baño mensual para que no se le formen nudos y retirar el pelo que le sobra. Prevendremos la formación de bolas de pelo (más frecuentes en felinos de pelo largo) dándole malta.

No estamos diciendo que el minino no pueda vivir con niños, que puede, sino que por su temperamento tan calmado, no es el más afín a la actividad frenética típica de los pequeños de la casa.

Algunos ejemplares de gato himalayo presentan una cara bastante chata lo que puede acarrear dificultades para respirar o una respiración ruidosa. Sus dientes no suelen encajar perfectamente por lo que puede tener algún problema en ese sentido. También puede sufrir afecciones oftalmológicas. Hay que estar vigilante con la formación de bolas de pelo pues pueden desembocar en atragantamientos y obstrucción intestinal.

Si tienes un gato himalayo no te vas a enterar de su presencia y es que este minino no suele ser “hablador”, maúlla muy poco.

El manto de este minino siempre será de estilo point con tonos que pueden variar del marrón foca, lila, azul, chocolate, rojo o tortie.

En la actualidad la tendencia es que predominen más los rasgos compactos y achatados del persa que la figura estilizada y rostro menos plano del siamés.

El color azul zafiro de sus ojos es una de sus grandes características. No obstante, pueden presentar distintas tonalidades e intensidades de azul.

Como decíamos, al gato himalayo no le gusta nada la soledad. Quizás algunos juguetes puedan ayudarnos hasta que se acostumbre.

Cuando es cachorro, el gato himalayo será, como es lógico, juguetón y curioso. Sin embargo, pronto madura y su carácter se torna mucho más tranquilo.

Por su buen y dócil carácter, el gato himalayo tiene una gran capacidad de adaptación, por lo que, si afrontas una mudanza o un cambio de vida, no supondrá una experiencia excesivamente traumática para él.

No parece que sufran problemas graves. En general, es un gato sano y fuerte, pero sí hay algunos problemas que puede tener que tienen un componente hereditario, como los tricobezoares (las bolas de pelo en el estómago).

El gato himalayo también es conocido como gato sagrado de Birmania o birmano. No hay que confundirlo con el burmés, un gato estilizado de pelo corto que a veces también recibe el nombre de birmano. ¡El mundo de los gatos es así de complejo!